Anochecer. Capitulo 7.

Un... ¿Vampiro?

Abrí los ojos, el sol alumbraba el cielo en su punto mas alto, debían ser las 12:00 m. Me puse mis tenis blancos de adidas y me levanté de mi lecho, observé el bosque a mi alrededor, me encontraba sola, todo estaba en suma quietud, el viento soplaba las hojas de los arboles y mi pelo también era llevado por su fuerza. Me pregunté donde estaría mi compañero de viaje, si es que este existía... ¿ Estaría soñando? ¿Me había vuelto loca? No, sabia que era verdad, que Sharkan existía.

Busqué mi mochila al lado de la simulada cama, en dónde estaba segura que lo habia dejado, pero, al parecer asi no éra, pues no se encontraba allí. Busque alrededor de donde me encontraba, detras de los arboles, al lado de grandes rocas y de troncos, pero no aparecía. Me alarmé confundida por mi posicion.

-Hola?- grité nerviosa.

-Hola!- repetí.

Nada... nadie me respondia, estaba sola, o eso creia yo. Tomé asiento en la cobija en el suelo y agaché la cabeza para pensar mejor, pero nada tenia sentido, por mas que me esforzaba, no lograba encontrar pista alguna de que Sharkan existiera, no me encontraba cuerda, no en éste momento.

-Bzzz- escuché un ruido proveniente de los arboles, pero no sabia de cual.

-Bzzzzz- se repitió el sonido de nuevo, más fuerte esta vez.

-Q-quien está ahí?- pregunté llena de nervios.

-Katlyn...- me llamó una voz susurrante.

Miré a mi alrededor, pero no podía distinguir nada, una nube había tapado mi única linterna en éste momento, el sol.

-Katlyn!- me llamaron, esta vez pude distinguir una figura esbelta y alta que estaba entre los arboles, ésta salió rápidamente y me tomó del brazo.

-Sharkan!- exclamé emocionada.

-Sigueme- me susurró -, y no hagas ruido.

-Ok- acepté.

Me arrastró hasta unos matorrales a un lado de un claro sin hacer ruido, nuestros pasos no se oían mucho, agradecí no llevar mucho peso ya que no habia comido, aunque cuando mi estomago comenzó a rugir lo lamente.

-Que es ese fastidioso ruido?- me preguntó en un susurro. Nos hallabamos escondidos tras los arbustos.

-Lo siento... es mi culpa, creo que tengo hambre- me disculpé sonriendo inocentemente.

-Callalo! O nos encontrarán.

-Quienes?- pregunté sin saber de que rayos hablaba.

-Los...- un ruido proveniente del claro lo interrumpió, los dos miramos hacia éste en un profundo silencio.

Del bosque salieron varios muchachos riéndo y golpeandose juguetonamente, entre ellos iba mi novio, dos de los jovenes lo llevaban sobre una tabla de madera atado de manos y pies, su boca estaba sellada por una pañoleta de color verde. Gemí por la impresion de verlo así.

-Shhh...- me calló Sharkan poniendome una mano en la boca para taparla.

Los jovenes miraron hacia todas partes confusos, pensé lo peor en ese momento, estabamos atrapados. Entonces, uno de ellos golpeó al otro y se formó una pelea, al inicio amistosa, poco a poco se fué volviendo más que amistosa, una batalla caótica, uno de los muchachos saltó y... se convirtió en un lobo, no lo podía creer, éra como magia, sobrenatural.

Sharkan comenzó a moverse con cuidado hacia atras llevandome a rastras con él. Me mantuve inmovil, ésto no podia estar sucediendo, o si? No estaba segura de lo que sucedía, pero si saliamos vivos de ésta, mi compañero tendría que acudir a un buen interrogatorio que tenía preparado para él. Seguí siendo arrastrada por él, paró cuando estuvimos lo suficientemente lejos de aquel, de ahora en adelante, temible claro.

Apenas me soltó, me levanté de un brinco llena de nervios, impacto y sorprésa.

-Que... que sucede?

-Esos son hombres lobo, Katlyn- me explicó Sharkan.

-Si, lo noté. Pero... para que quieren... Oh, no...- dije entrando en la histeria -, se lo comerán, no es cierto? Steve es la cena, tenemos que sal...

-Calmate!- exclamó tomando mi mano.

-No, no puedo dejar que lo maten...- comencé a llorar histéricamente, no había nada de bueno en el asunto.

-Mira... no lo matarán...- retiré mis manos de su agarre.

-Que sabes tu solo eres...- callé mis palabras al ver su expresión dolida, lo habia herido -, lo siento...

-Sabes por que sé? Porque yo... yo soy un vampiro, Kate.