El amor es como Don quijote: solo recobra la cordura para morir. Quiereme en mi locura...

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lunes, 30 de mayo de 2011

Anochecer. Capitulo 6.



Un nuevo "amigo"

Llegué al sitio en el que se encontraba mi tienda, me sentí agradecida de haberla puesto bastánte lejos de las demás, lo suficiente, para que nadie pudiera verme en este momento. Ingresé en la carpa, empaqué todos mis objetos como ropa, aparatos digitales, ropa interior, shampoo, jabon, crema dental, etc. y escribi rapidamente una carta, la cuál dejé bajo la almohada de Tatiana, quería que por lo menos ella supiera de mi escapatoria y me ayudára encubriendome.

Salí rapidamente y me dirigí al bosque, en el cual se hallaba mi compañero esperandome.

-Tardaste siglos- me dijo con su voz susurrante, llena de agitación y adrenalina.

-Porque estas tan agitado?

-Porque empecé a perseguir a un venado y... me cansé- se excusó él.

-Y perseguiste a un venado porque...- dije instandolo a decirme la razón de sus locuras con animales salvajes.

-Por diversion...

-Oh, pues...-dije cambiando el tema -ahora que? Ya hice lo que me pediste, recogí mis cosas.

-Bien, ahora vamos a ir por tu noviesito...

-Steve- le interrumpí. Había algo raro en el rostro del muchacho cáda vez que alguno de los dos mencionaba a Steve, y él siempre le decía "noviesito", como si no fuéra capaz de mencionar la palabra novio.

-Steve- finalizó mi compañero.

Comenzamos nuestra caminata hacia la guarida de los lobos, como le decía mi acompañante. Traté de llevar su paso, aunque caminaba tan veloz que aveces tenía que correr para alcanzarlo. Observé el silencioso bosque a mi alrededor, los arboles, los buhos y la lechuzas observandonos en un silencio sepulcral.

-Que tanto miras?- me preguntó deteniendose delante de mi.

-Nada, es solo que... jamás habia estado en un bosque a estas horas de la noche.

-Son apenas las 8:00 p.m.

-Igual, está muy oscuro, nisiquiera mi linterna da luz suficiente.

-La mia tampoco- estuvo de acuerdo -, nisiquiera se porque la llevo.

El muchacho apagó el aparato y yo me sobrasalte al ver la horrorosa y atemorizante oscuridad que se mostraba adelante. Como alguna vez me dijo mi mamá: en la oscuridad, todo puede suceder, y éra cierto, en éste momento podría venir una de esas bestias que se llevaron a Steve y atentar contra nosotros, dos indefensos humanos.

-No, no la apages, enciendela!- grité aterrorizada.

-Tranquila!- dijo el joven encendiendo la linterna de nuevo.

Trate de respirar con mas tranquilidad, mi respiracion ahora era entrecortada y exageradamente rápida, necesitaba calma, necesitaba luz.

-Le tienes miedo a la oscuridad?

-Si, un poco...

-Un poco?- preguntó burlon -Un mucho, querrás decir.

El muchacho se echó a reír y yo lo miré con desgana y desagrado.

-No es gracioso.

-Continuemos- dijo cambiando el tema.

Caminamos con lentitud, yo, aún con la iluminación de mi linterna, no distinguia nada, en cambio, mi compañero si, éra como si tuviera ojos gatunos o algo así, su visión éra mas que perfecta, éra exacta en cáda cosa con la que se topaba. Me dí cuenta de repente de que ya no estaba sobresaltada, mi presion estaba baja y ahora me sentia más calmada que nunca, me pareció extraño por un momento, luego seguí caminando, me había logrado clamar en poco tiempo, eso ya era en si, una gran superación personal.Pero ahí no terminó, derepente, una sensación extraña me invadió por completo, éra como si una brisa fresca recorriera mi cuerpo, y miles de ángeles se postraran en mi cerebro y empezaran a cantar una canción de cuna. Me sentía tan serena como una tarde otoñal luego del calor infernal del verano.

-Camina de prisa- me instó mi compañero con un ademan de mano.

-No sentiste la brisa?- le pregunté.

-Cuál brisa?

-Si, sentí una brisa muy fresca.

-Estamos en pleno otoño, que esperabas?

-Tienes razón... olvidalo. Y... adónde vamos?

-El camino a la manada dónde esta tu noviesito- esa palabra de nuevo -es largo, apresurate!

Camine con mas rapidez que la vez anterior, mi mochila me pesaba en mi hombro derecho y el camino no éra muy liso, varias ramas, troncos y rocas lo volvían más dificil. El sendero no éra muy iluminado y mi linterna se fué apagando poco a poco.

-Oh, no- susurré.

-Que sucede?- me preguntó mi guia.

-No podemos seguir sin luz.

Él miró mi linterna y yo lo imité, ésta se apagó y yo me estremecí no solo por la oscuridad, sino por la mano helada del muchacho; al parecer, el pudo sentir mi ligero temblor.

-Perdona si te asusté- se disculpó.

-No, descuida. Esque... tu mano está helada.

-La tuya también, está haciendo bastánte frio- agarró mi mano con fuerza y yo estreché la suya con suavidad.

Me guió por los oscuros y peligrosos caminos del bosque, yo no podía ver nada con claridad, pero si sentía las ramas, hojas y mugres pegandose a mi ropa y a mi cabello castaño.

-Nos perderemos!- dije por fin.

-Si...- estuvo de acuerdo él.

-Entonces?

-Dormiremos bajo éste arbol ésta noche.

-Mañana podremos continuar con la luz del sol- dije tratandop de calmar el atque de nervios que se me venía a medida que pasaba más tiempo en la oscuridad.

-Si- aceptó el muchacho con desgana en la voz.

-Que pasa?- le pregunte preocupada.

-Nada, cosas tontas- dijo antes de tomar mi mochila y comenzar a sacar cobijas.

Solo llevaba dos cobijas en mi mochila, así que tuvimos que usar una como cama y la otra para proteger nuestros cuerpos del helado viento del bosque.

Miré el cielo nocturno, éste estaba lleno de estrellas, ojalá brillaran más, pensé, así, no estaríamos en esta oscuridad. Giré mi cabeza hacia mi lado derecho y ví a mi compañero, éste se hallaba sentado con solo los pies arropados.

-No tienes frio?- pregunté tiritando.

-No mucho- me respondió.

-Oye...

-Que?

-Camine contigo todo esto, me ayudas a buscar a Steve... y aún no se tu nombre.

-Sharkan- murmuró él.

-Que?

-Sharkan, es mi nombre.

-Oh, es interesante, nunca lo había escuchado.

-Mi madre me puso así por el tiburon.

-Por el tiburon, le agradaba mucho el animal?

-No, te contaré luego.

-Ok- acepté, si él no quería platicar sobre ello, yo no lo iba a obligar.

-Y tu? Como te llamas?

-Kate.

-Kate?

-Katlyn, pero prefiero que me digan Kate...

-No me gusta más Katlyn- me interrumpió.

-Ok...- éra extraño que alguien prefiriera llamrte Katlyn que Kate.

Me sobé los brazos con mis manos, Sharkan me miró y sonrió.

-Tienes frio?- perguntó.

-Si, mucho- afirmé.

-Oh, arropate bien.

Nisiquiera te abraza para darte calor, me dije a mi mísma, debes oler asqueroso.

Me olfateé con disimulo, aunque la risa de mi joven compañero me dió a entender que no fuí muy discreta.

-No hueles mal- otra risa de nuevo.

-Que?

-Deja, porfavor, ya de olerte, pareces un perrito.

-Que? No me estoy oliendo!- aseguré.

-Buenas noches- dijo el muy tonto ignorando mi afirmación.

Sharkan se recostó dandome la espalda y se quedó dormido. Cerré mis ojos y traté de dormir, y aunque ni el clima ni la oscuridad eran muy favorables, pronto caí profunda en mi fingida cama y junto a mi "nuevo amigo".



1 comentario:

Anónimo dijo...

aawww jajaja orales bien que buena onda y que divertido el final xD ya quiero saber que pasa cuano dispiertan =)


Mi entradita nuevesita pues un poco de humor para tu dia =) comenta n_n
http://ighaby.blogspot.com/2011/05/un-poco-de-humor-para-tu-dia-d-2.html
Nos vemos me fui besos -3-