El amor es como Don quijote: solo recobra la cordura para morir. Quiereme en mi locura...

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miércoles, 11 de mayo de 2011

Amor después de esta vida. Capitulo 3.

La respuésta al destino

El señor Swan volvió a respirar con normalidad de nuevo, Rose corrió hacia él y le tomó el pulso, luego, se dirigió hacia la nevera, sacó una jarra llena de agua, sirvió un poco en un vaso de cristal y se lo dió a beber a su paciente.

-Se encuentra bien?- le preguntó la muchacha llena de preocupación por el anciano.

-Si, si- el hombre tosió.

-Que ocurrió?- preguntó luego confundido.

-Nada- dijo Rosalie.

-Si? Oh, fué una pesadilla.

-Si- Rosalie preferia que él no supiera nada de lo que acababa de acontecer en su propia casa.

-Bien... emmm...- en ése momento se oyó el motor de un auto estacionandose frente al garaje, a continuación, Bella abrió la puerta e ingresó a la casa.

-Hola- dijo saludando a Rose y a Charlie, llevaba una caja plana bastánte grande, cerró la puerta tras de ella con una brusca patada.

Bella, sacudió su largo pelo castaño y miró el asustadizo rostro de su cuñada.

-Rosalie... que tienes? Pareces como si hubieras vísto un demonio, o un espiritu- dijo Bella preocupada.

-Un demonio- murmuró Rose por lo bajo.

-Que?- preguntó la otra sin comprender.

-Nada, olvidalo, esque...- Rosalie pensó en una excúsa rápida -Una amiga me llamó y me dijo que el trabajo de ciencias éra para mañana, viernes, y no lo he terminado aún.

-Pués, corre y házlo, yo cuidaré a mi papá.

-Segura?

-Claro...- dijo Bella sonriendo.

-Muy bien, entonces- Rose tomó una hoja de papel tamaño carta y se la entregó a Bella -Aquí está su receta médica.

-Adiós- dijo despidiendose con la mano de Bella y de Charlie.

La joven salió de la casa, ingresó al asiento del piloto de su BMW, encendió el motor y puso un poco de música clásica; Rose disfrutaba el rozar de los dedos de Richard Clayderman (músico) sobre el piano. Comenzó a sonar "Lady di", Rose seguía el ritmo con su pulgar derecho, golpeandolo cóntra el timón.

Cualquiera podría haber pensado que llevaba un bebé a bordo o que éra una discapacitada física, por la forma tan lenta con la que conducía. Pero éso no le importaba a ella, solo le importaba su futura respuésta ante aquel ser infernal que estaba a la espera de ésta. Rose se sentía tan sola en ése momento, sentía como si su alma estuviera a punto de slir volando de ése cuerpo que le había otorgado Dios.

El rostro de la chica empalidecía más poco a poco, su madre se preocuparía al verla así, puésto que debía hacer algo para que no viéra su cara, es más, para que no la viéra a ella. Con pensamientos extracurriculares aún en su mente, ingresó a su casa luego de estacionar y salir de su auto. Miró cuidadosamente y caminó despacio con temor a hacer algún ruido que llamara la atención de Esmee. Sabiendo que no había "monos en la costa", subió a su cuarto en el segundo piso.

Al abrir la puerta de su habitación, encontró su cama muy bien tendida, sus peluches estaban en órden sobre los estantes de madera en las paredes, y todas las cosas sobre su escritorio se encontraban perfectamente organizadas. "Miranda debió haber arreglado mi habitación" pensó, luego, se dirigió al baño, se desvistió y tomó una ducha de agua caliente. EN Forks la mayoría de las casas tenían calentador para el agua, el clima éra infernal, de vés en cuándo el frío éra una buena compañía, aunque ésta noche no éra así.

Rosalie salió de la ducha, se envolvió en su toalla blanca y salió del baño. Se púso su pijama con rapidez y se tumbó en su extensa cama doble. La cobija no la protegía del frío lo suficiente, por más calor que tratara de encontrar, el frío aún corría por sus venas. Jamás estuvo preparada para el acontecimiento de ésa tarde, nadie en el mundo entero podría haberlo estado. En ése momento recordó al extraño personaje: su pelo oscúro, sus ojos tan dorados como el oro y tan brillantes como los rayos del sol, sus músculos tan tiesos como una estatua de piedra y su piel tan blanca como las nubes en pleno dia de primavera. Aquel ser solo tenía una palabra para ser descrito: perfecto.

-Ahora que voy a hacer?- se preguntó a sí mísma en un susurro.

La muchacha cerró los ojos y puso en su mente la pregunta que debía responder, su vida dependia de ésta, al igual que la de Charlie. Si, no, si, no, no había respuésta, las dos iban a traer terribles consecuencias de todos modos, no? Igual, el muchacho éra guapo, en verdad éra sumamente apuesto, péro no puedes juzgar un libro por su portada; ¿Que tal si la maltrataba? ¿Que tal si, tal vez, la mataría cuándo ya no le fuéra util? éstas y muchas otras pregúntas rondaban por la mente de Rosalie, la cuál ya no sabía que hacer. Y así, entre pensamientos, se quedó dormida.

Se despertó por un rayo de luz que se iba metiendo por la ventana y le estaba dando en todo el rostro. Se desperezó y se levantó de la cama, luego, caminó en pantuflas hásta llegar al comedor, en el cuál se encontraban su hermano menor, Jasper, y su madre desayunando.

-Que hora es?- preguntó Rose perezosa.

-Son las nueve de la mañana y, buenos dias, por cierto.- le respondió Esmee con cierto sarcásmo en la voz.

-Buenos dias- saludó Rose tomando asiento.

-Buenos dias- la saludó Jasper con una sonrisa.

Miranda, una de las empleadas de servicio le sirvió su desayuno, el cuál contenía huevos revueltos, tocino, pan, y chocolate caliente, Rose le agradeció a Miranda y comenzó a comer con desánimo recordando que día éra, éra el dia de dar el sí, o el no.

-Que tienes?- le preguntó Esmee preocupada.

-Mamá, que harías si emprendo un viaje yo sola?- preguntó Rose indegura de la respuéta de su mamá.

-Quieres viajar?

-No, solo... contésta la pregúnta.

-Pués...

-Hoy no tenías que ir a la universidad?- la interrumpió Jasper.

-Si- respondió Rose olvidando el tema platicado con Esmee -péro en la tárde.

-Oh.

-Y tu?

-No, hoy no, el profesor enfermó.

-Veo... bueno, iré abañarme- dijo la chica poniendose en pie.

-Si- Jaz fingó olfatearla -Ya te úrge tomar una ducha.

Rosalie le dió una palmada en la cabeza a su hermano y subió las escaleras con rapidez hacia su habitación. Entró en ésta y luego entró en el baño, se dió una ducha y salió. Miró su armario y escogiío sus prendas, normalmente se vestía de acuerdo con el clima y con su humor. Se púso un buzo color caramelo, unos jeans de color blanco y unas hermosas botas de piel de color marrón oscuro.

Más tarde, la muchacha se encontraba caminando con Jane, su mejor amiga, por los pasillos de la universidad de Forks.

-Que frío hace!- resaltó Jane - su pelo Rubio, estaba amarrado en una cola de caballo, éra de baja estatúra y sus ojos éran azules como safíros.

-Si- estuvo de acuerdo Rosalie -Oye... te puedo contar algo?

-Claro, que es?

-Es delicado... promete no contarlo a nadie.

-Te lo prometo, no, telo juro!

-Ok...- Dijo Rosalie mirando por donde empezar.

-Que? habla rápido- la apuró Jane.

-Ví... a la muerte- dijo Rose agachando la cabeza.

Jane estalló en risas.

-Claro... tu siempre tan burlona- dijo la muchacha.

-Es enserio.

-Si, claro.

-Péro...- Rosalie se dió cuénta de que sus intentos para que le creyera serían en vano.

-Sabes que?- agregó luego - me atrapaste!

Jane rió un poco más y siguieron caminando a paso lento para llegar a la cláse de anatomía.

El cielo se iba oscureciendo poco a poco y Rosalie no podía dejar de pensar en lo que pasaría ésa misma noche.

-Nos vemos en el cinema a las...

-Cinema?- le preguntó Rose confundida a Jane.

-Claro! Recuerdas lo que hablamos por telefono?

-Si!- exclamó Rosalie -Lo había olvidado...

-Pero... irás no?

-Si, iré, claro que sí.

Rose se montó en su auto y se encaminó hacia su casa llena de preocupación, y, para colmo de males, en la radio comenzó a sonar Psychosocial, de Slipknot (banda de hard metal), Rose odiaba ésa canción, odiaba el metal, le recordaba la muerte.

Al llegar a su casa, vió que todo estaba tan normal como siempre, su mamá se encontraba leyendo un libro y Jasper había salido, talvez con Alice, una chica que acababa de conocer hacía una semana.

-Hola- la saludó Esmee al oír cerrarse la puerta de entrada.

-Hola- saludó Rosalie.

Subió las escaleras hacia su cuarto, no sin antes echarle un vistazo al reloj del pasillo, el cuál marcaba las 5:30. La salida con su amiga éra a las 6:00, tenía media hora para vestirse y arreglarse.

Se encontraba mirando su armario, cuándo, oyó una voz que la llamaba por su nombre, éra una voz tenue, casi sonaba como un susurro, aunque no lo éra; la muchacha se dió la vuelta, y, ante ella, se encontraba Emmett.

-Hola- la saludó sonriente, su sonrisa podría haberla hecho quedar en shock, si no fuéra por la tensión que se respiraba en ése momento.

-Te debo responder ahora?

-Tomate tu tiempo, tengo todo el tiempo del mundo, literalmente.

Rose no dijo nada, solo se quedó allí parada, en silencio, por un instánte Emmett la imitó, luego, se acercó a ella, Rosalie aún no se movía, el joven acercó su boca al oído izquierdo de ella, su respiración tan cercana dejó helada a la muchacha.

-Serás mi esclava?-murmuró el joven. La respiración de la chica se cortó, luego, se alejó de Emmett y lo miró a los ojos para darle la respuesta al destino.

3 comentarios:

nydia dijo...

dios que pedazo de capitulo maravilloso r impactante,me encanto.....Besos....

Anónimo dijo...

OMG! TU SI SABES COMO CREAR TENSION, CREO QUE YA NI TENGO UÑAS SOLO POR TU CULPA. ME GUSTO MUCHO EL CAPITULO, GRACIAS POR PUBLICARLO

BESOS

nydia dijo...

OMG pero que encantador es este que es la muerte y dios que responderá ella,muero x saber,sigue asi linda....Besos...