Amar es destruir. Capitulo 1: El ángel

Summary: Edward Cullen, un estudiante de medicina con un excelente futuro por delante, con una vida perfecta. Isabella Swan, una cantante de rock, con una promesa dolorosa. No volver a amar. Rebelde, atrevida y sin temor a decir lo que piensa, ella le dará un vuelco a toda su realidad... Dos polos opuestos reacios a caer en las redes de un amor prohibido.

Disclaimer: los personajes aquí presentados pertenecen a Stephanie Meyer.

Aquí les va el capitulo 1. Es el mismo prólogo que tenía anteriormente la historia.Espero que les guste y espero sus coments

Capítulo 1: El ángel

Seattle, Estado de Washington

Febrero de 2008

Isabella contuvo el aliento tratando de asimilar las amargas palabras que llegaban a sus oídos; tantas mentiras ahora descubiertas, tanta traición por parte de quienes menos se lo esperaba. Si su corazón ya había sido lastimado anteriormente ahora estaba roto… desecho, se había partido en mil pedazos y cada uno de ellos fue triturado por esas dolorosas verdades, para que nunca se pudiera reconstruir.

-No te quiero. Jamás lo he hecho y jamás lo haré.-le dijo Mike fríamente- Solo te usaba para darle celos a Jessica y ahora que lo logré, no te necesito más.

Isabella sentía la garganta seca y era incapaz de pronunciar palabra. No podía creer que Mike fuera ese chico que estaba frente a ella; aquel joven sin escrúpulos no se parecía en nada al Mike que ella conoció hace unos meses y con el que había estado saliendo las últimas semanas, no había rastro de la persona de la cual ella se enamoró y que juró amarla eternamente.

A diferencia de ella, Mike disfrutaba el momento, él había estado esperando desde hace mucho la oportunidad para pisotearla de semejante forma, solo por el placer de salirse con la suya y humillar a una chica que según él, aquella acción lo hacía más hombre y no un cobarde como era de esperarse. Isabella por su parte no dejaba de maldecirse por haber sido tan ciega, por creer en él, por tragarse toda esa farsa.

-Eres un…-las palabras de Isabella se quedaron atascadas en su garganta, cualquiera que fuera el insulto que ella iba a lanzarle se quedó dentro. Una sonrisa desenvainó la boca de él, ella no pudo contener más la ira y con las pocas fuerzas que aún le quedaban le dio una bofetada en el rostro a Mike sintiéndose un poco mejor, pero a la vez estaba tan destruida por dentro que ni siquiera esto pudo anestesiar el enorme dolor que ella sentía en su interior, él se frotó la mejilla maltratada intentando aliviar un poco el impacto del golpe.

-No te quiero ver nunca!-Chilló ella intentando contener las lagrimas.- y esto, no se va a quedar así. Le diré a Jess la clase de persona que eres… ella no te aceptará.- lo desafió.

-Jessica ya lo sabe. Sabe lo que te hice, pero no le importa.-repuso él

-No es cierto.-replicó ella.- mientes…

-A Jess le importa mucho más nuestra relación que tu–añadió Mike.-De alguna manera admira lo que hice, lo que puedo llegar a hacer por estar juntos. El no importarme pasar sobre los demás para conseguir lo que quiero es lo que más le gusta de mi…. Fue todo una prueba para medir mis alcances…una idea de ella, por supuesto- Isabella sintió como si otro puñal se le clavara en el corazón tan profundo como el que le había clavado Mike o peor, porque éste lo había clavado su hermana, su confidente.

Ella nunca presintió que esto pasaría, Mike parecía tan enamorado y Jessica tan ajena a su relación. Nunca le habían dado motivos para sospechar…

Las lagrimas inundaron sus ojos y tuvo que sostenerse de la mesa para no caerse, últimamente Isabella no se encontraba muy bien, su Abuela, Marie, había muerto, la única que la respaldaba y que metería sus manos al fuego por ella, eso era suficiente para mantenerla débil y agotada, tanto física, como mentalmente. Mike no se inmutó en vez de eso le gritó:

-Eh, ¿qué esperas? Lárgate de mi casa!- ordenó éste echándole como un perro. Isabella cerró los ojos fuertemente y con la poca dignidad que le quedaba se retiró de aquella casa que alguna vez sintió acogedora, pero ahora le parecía una propiedad recién salida de una película de terror, fría y gris.

Las calles de Seattle nunca le parecieron tan solas. Bajo una capa de llovizna, con el corazón vacio y los ojos nublados recorrió cada avenida hasta dar con un lugar que le pareció acogedor; un pequeño parquecito con bancas de hierro forjado y diferentes tipos de arboles por todo el rededor. No quería regresar a su casa, encontrarse con la hipócrita de Jessica y con sus padres, Charlie y Renée que de antemano sabía que no le iban a apoyar y consolar, pues Jessica siempre había sido la preferida por todos.

Sin más a donde recurrir se sentó en una de las bancas intentando cesar las lagrimas y borrar todos los recuerdos, cerró los ojos rogando para que la fina lluvia se llevara consigo todo el dolor.

-¿Se encuentra usted bien?- le dijo un extraño arrodillándose junto a ella. Isabella abrió los ojos encontrándose así con aquel desconocido; su cabello y sus ojos se escondían debajo de la capucha de una sudadera blanca, su boca, sensual y perfecta resaltaba más que cualquier otra cosa en su rostro, además era una de los pocos rasgos que no estaban ocultos por la capucha. Isabella se frotó los ojos con incredulidad creyendo que estaba teniendo un sueño… soñando con un ángel en forma humana….

Las gotas saladas se escaparon por su retina y sin poder evitarlo y como consuelo para su desolación, ella se aferró al cuerpo del joven que tenía enfrente sin importarle que no lo conociera, lo abrazó con necesidad, con tristeza… el chico le devolvió el abrazo sorprendido, pero satisfecho, acariciándole suavemente la espalda y besándole los cabellos.

Pasaron varios segundos, muchos minutos quizá, en los que ninguno de los dos deshizo el abrazo, nadie intercambio palabras, ambos cerraron los ojos y disfrutaron del calor mutuo como una cura para su soledad…